terça-feira, 22 de fevereiro de 2011

Una Siete Quillas en el centro de rehabilitacion de la Coronilla!!!





El dia 16 comenzó como todos los últimos días en el Centro, de mañana tratar al primer grupo de tortugas  de las 28 que habían, (pasar suero, antibióticos, complejos vitamínicos, etc), cambios de agua de las piscinas y recibir a los visitantes que se acercaban al Centro de Tortugas Marinas; en otras palabras, un día súper atareado pero normal. Por la tarde nos llego el reporte de de una tortuga 7 Quillas viva en el Cabo Polonio. Todo Karumbé se revolucionó ante la noticia, ya que para muchos  (y me incluyo), nunca habíamos visto un animal de esta especie, a demás de la gran importancia de un bicho así, vivo por acá.
Bueno, Alejandro comenzó a hacer las tratativas para ir a asistir a la tortuga al cabo, que dicho sea de paso está a 80 km de La Coro, en ómnibus hasta 3 horas, mientras que  también preparábamos  todo el equipo de campo para hacer el tratamiento base en la playa, sin saber bien a que problemática nos enfrentábamos y ante la posibilidad de tener que dormir en la playa monitoreando al animal.
La mezcla de emoción, adrenalina, ansiedad y felicidad ante la posibilidad de poder ver y ayudar en el tratamiento de un bicho así que sentí no tiene comparación.
Cuando Ale  y yo llegamos a la casa de los guarda parques del Snap, nos enteramos que habían podido trasladar a la tortuga desde la playa hasta ahí en una camioneta. Allá estaba en el fondo del terreno en el pasto desplegando su grandeza y majestuosidad. Tenía un corte alrededor de una de sus aletas delanteras, la herida era muy profunda y parecía tener unos cuantos días.  La mirada de esa bicha me conmovió muchísimo, me dio una sensación de impotencia al no poder hacer mucho por la herida pero a la vez me trasmitió paz y ternura.
Gente del Snap se ofrecieron a trasladar a Barbara (así la bautizamos) hasta el centro. Llegamos a las 23 hs al centro y nos pusimos a limpiar bien las heridas que tenía en el resto del cuerpo, heridas típicas de haber quedado atrapada en una red de arrastre. A partir de esa noche nos empezamos a quedar de guardia con Barbara para que no se quitara la via de suero y que no se lastimara mas la aleta.
A las 3 am comenzó mi turno, siempre a oscuras porque las tortugas 7 Quillas son muy sensibles a la luz, rodeada por mosquitos, cansada y con frio pero a pesar de todo eso, con solo el sonido de su respiración se me ponía la piel de gallina y todo lo anterior desaparecía.
Quede sorprendida que después de hacer un llamado a la comunidad para colaboración, nos donaron una súper piscina y mucho material para tratar a Barbara.
Desde el momento en que se comenzó a tratar a la tortuga con antibióticos, suero, antiinflamatorios, etc. ella cambió el comportamiento y actitud, y mejoraba minuto a minuto. La cuestión era la decisión a tomar: ¿se amputa la aleta? o ¿se deja así?. Mientras tanto,  no paraba de llegar gente que venía a ver a Barbara, ya que la noticia llego a las radios y canales de llegada nacional, y por lo tanto durante todo el dia siempre hubo gente de Karumbé al lado de la bicha. Retirarla del agua para las curaciones era todo un operativo súper complejo, que requería muchas personas para levantar 200kg con una aleta mal.
Después de  4 noches y 3 días de trabajo duro, dormir poco, muchos nervios, se decidió que lo mejor para Barbara era ser liberada sin amputar la aleta, ya que en condiciones de cautiverio había más probabilidades de infecciones, incluso hasta la posibilidad de que el animal muriera. Por lo tanto el sábado 19 por la mañana, con la ayuda de un veterinario de Lascano que nos prestó su camioneta, (y que a demás nos había acesorado), trasladamos a Barbara bien temprano hasta una formación rocosa a 2,5km, donde vive Carlitos el pescador que trabaja con nosotros desde hace años.
Comenzó la despesida de Barbara, la marcamos en la camioneta, le tomamos muestras de ADN y se coordino la maniobra cuidadosamente, mientras que todos se tomaban las ultimas fotos con ella. A demás en ese momento también liberamos a 3 de las 28 tortugas verdes que teníamos en rehabilitación. 

Entre 8 personas, algunas de ellas con trajes de neopreno agarramos a la tortuga por ultima vez para colocarla por fin en el mar. Nuestra incertidumbre fue si ella iba a poder pasar la rompiente y si iba a encarar a nadar bien. Por suerte, barbara nos sorprendió y antes de que nos diéramos cuenta salió nadando y no la vimos mas por un rato. Siempre desde el agua un grupo y otro desde las rocas controlamos las olas, y en una de esas, la vimos salir airosa a respirar 2 veces antes de salir de la rompiente, pero cada vez mas lejos de la costa. Creo que mas de uno ya estaba lagrimeando al ver esto. Y por fin la vimos atrás de la rompiente, ya estaba bien encaminada, ese fue el momento que estábamos esperando y respiramos tranquilos. Si bien todavía tenemos que estar atentos por si llega a varar nuevamente, la cara de satisfacción y felicidad por un trabajo realizado, creo que a nadie le falto.  Los abrazos entre todos, las felicitaciones, un momento muy lindo que todos estábamos esperando...  

Um comentário:

  1. que linda experiencia!!! los felicito !!!!

    quien relató??

    Cariños a todos!!
    Maru

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